Te dije muchas veces; no creo ni en el destino ni en las casualidades, pero ya desconozco los motivos.
¿Qué clase de fuerza sobrenatural modifica tantas condiciones para que un vaivén casi eléctrico sumerja nuestros cuerpos en la incertidumbre?
¿Qué puede hacer pasar mi alma por tal proyección de distancia y después casi respirar tu presencia?
Una punta extremadamente afilada me amenaza (a la altura de mi pecho) con hacerme sucumbir en el más profundo de los sentimientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario