Vi tu sonrisa desdibujando mi alma en el roce de mi ser con tus ojos que al fin pueden centrar un universo que teje mentiras mientras mi corazón latía al ritmo de la ignorancia danzando, ilusa, contemplando.
Vibraban tus manos porque sé, herirme te destrozaba y el rencor se hacía carne en tu persona.
Y yo había prometido, jurado. Pero te creí
Caí presa de tu sonrisa que me embriagó de sensaciones que jamás pensé que podría sentir.
Y te vi correr lejos de mi alma. Vi como ardía una ilusión que lentamente caía del cielo gris y se perdía en tus ojos lejanos.
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