Era el vacío del que había hablado. No tenía sus ojos, no tenía sus manos, era la interminable necesidad de tratar de llenar algo. Llenar un vacío sin mensura. Que se expandía cada vez más y más y ocupaba más espacio en el devastado pecho, que estaba latiendo porque quería completarse.
No corazón, estabas muy lejos de lograrlo
Y cómo el agujero aumentaba de tamaño cuando parecía sentirse lleno?
Nunca, nunca esa sensación amarga se alejaría
Nunca, nunca estaría completa.
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