Cuanta mentira veo en tus torpes ojos. Cuanta mentira veo en mis manos, que hicieron de éste un planeta un lugar apto para toda clase de emociones que eran falsas. Falsas como la sangre sintética que corre por mis venas. Plástica, como la máscara que llevo en el rostro. Oh era el color del universo mezclado con mi esencia. ¿Qué color? ¿De qué servía el color si no hay aire, sólo vacío?
Colorear lo invisible? No otra vez.
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