mi brazo ahora yace muerto. ya no escribe, ya no toca, ya no siente, ya no es. las cosas pueden estallar y en esa explosión destruir casi para siempre todo lo que hay.
otras manos codiciosas vendrán por lo que queda de mí, no tengo la menor duda. pero podría ser peor. y ahora el reflejo fantasmal de mi ya inerte brazo dibuja la realidad paralela a la que ahora pertenezco
y si quiero me toco el alma, pues mi carne ya no es nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario