No soy esa clase de chica que siempre ves arreglada. Mi pelo es un caos, y encima está corto, cortísimo. Me visto de la manera menos femenina que podría existir. No estoy orgullosa de mi cuerpo, y por eso, lo escondo. No soy de esas chicas que van caminando por la calle y cuando los hombres la ven se quedan mirando (tampoco me gustaría serlo) Nunca me verías más de 15 minutos con tacos, siempre preferí caminar descalza. No sé bailar y no me gusta bailar. Escucho música que hace que carezca aún más de feminidad. Me gusta ir a recitales. Mis manos siempre están horribles, secas, me olvido de pintarme las uñas con frecuencia, y cuando lo hago es de colores extraños. Y me como el costado de las uñas, que siempre están cortas. Nunca voy a estar mucho tiempo hablando de un chico que me atrae, porque mis expectativas son siempre muy bajas. Quizá me guste alguien, y jamás se lo comunique más que con una simple mirada de reojo cuando no me ve. Nunca te voy a preguntar si estoy linda. No voy a estar ahí cuando todos se quieran sacar una foto. Nunca me vas a ver sentada con las piernas cruzadas, ni sonriendo de una manera muy estética.
Pero detrás de todo eso, existe una chica que se enamora y que siente.
Aunque jamás se sienta digna para un hombre.
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