hangover

acostada en la cama me puse a pensar cuántas veces había querido agarrar el filo de la máquina de afeitar del viejo y pasarmela suavemente por las piernas, y así ver la sangre cayendo, y bailar con el filo alrededor de mis muñecas y verlas dibujar con sangre de colores una alegría incomprensible que hace una obra de arte abstracto, y luego después de contemplar semejante acto, con las muñecas desgarradas arrasar con mi cuello pálido y temeroso.
Abrí los ojos grandes y me había quedado dormida con la música puesta al palo. Claro que haría todo eso,
lo hice.
me asesiné.
asesiné a mi pasado. ahora soy una cosa que no se acuerda qué carajo pasó.
como una eterna resaca. flashbacks


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