un día de estos te voy a cortar en pequeños pedacitos

Toda la transpiración, cayendo por tu nariz enorme y mal diseñada, la transpiración corriendo, jugando una carrera a través de tus dos ojos, tratando de ganarle a las lágrimas, pasa a través de tus ojos que miran todo con asco, como si miraran un cádaver putrefacto, como si te miraras a vos mismo en un espejo lleno de pasados con olor a perro mojado, como si miraran un pasado donde fuiste lo que querías y ahora mirás por ese espejo negro y grasoso y te ves siendo lo que no querías ser. Sos ese cádaver lleno de gusanos que te mira con asco, muerto, y sin embargo con asco. Rompiste el espejo y te cortaste con el filo de algún vidrio-pasado, y la sangre que cae es negra, como vos, como todo, es negra y cae y no podés controlar esa hemorragia de melancolía-mierda-sentimental y la sangre cae y te desangrás, muerto, podrido, seco. Sin sangre, sin ideales, sin cerebro-porque los gusanos lo comieron con gusto- sin alma -porque se la tragó el tiempo- sin piel, sin manos, solamente con los ojos brillantes mirando perdidos, mirando como te vas, mirando como te consume el tiempo.

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