me inspiro el flaco

Duelen las cruces clavadas en las quebradas muñecas, el dolor eterno baila en las carnes, en los cuerpos, castigados por la fatiga, por la ausencia, los castiga ese placer que los condena a la infinidad ínfima de la razón, de los sabores. El dolor inmerecido, el puñal de los dioses en medio de los pulmones, del tórax, la sangre es un brebaje prohibido, el placer. El insomnio que trastorna, que alimenta las alimañas que viven en los cuerpos danzantes, morir sin morir. A entregarse a la luz

Te amo Luis Alberto!

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