piel y huesos



Y ahí estamos los dos (cuántas veces me retaron por empezar las oraciones con Y ) espalda con espalda  corazón con coraza, pestaña con ojo, fluido y masa. Una bolita chiquitita de sangre que late fuerte fuerte y es suavecita y espera poder estallar y en su estallido mostrar el más divino fin, de esos fines con colores, y fuegos, y besos, y babas. Y ahí estamos los dos, con los ojos entreabiertos mirando un techo que se parece a un universo lleno de flores, porque nuestros universos tienen flores y pajaritos azulados que cantan en silencio, porque la música ahí son los corazones que se ríen. ¿Nunca viste un corazón reírse? Entonces nunca te arriesgaste de tal modo que el corazón se achicara y se endureciera para luego con el triunfo dormir en el regocigo, soriendo. ¿Nunca, enserio? bueno, miranos, en el reflejo del techo. Escuchalos bailar. Mirame sonriendo y encontrate ahí.

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