tu orden, mi caos

Estaba sentada en el sillón que daba a la biblioteca, me veías, pero yo no. Miraba como deshojabas las flores, y las metías en un cuaderno rojo, miraba las mariposas secas, y llorabas, pobres animalitos pensabas. Leías la colección de Nieztche, pero ya te sabías todas las frases de memoria, y leerlo te ponía muy mal, llorabas, y si o sí necesitabas fumarte un cigarrillo, te sentaste. Pero tu inseguridad te paró devuelta, el orden de las cosas no te convencía, siempre querías desorden, en la biblioteca, en tu vida. Tenías libros de Freud y no los entendías, y los miraste para ver si comprendías, trajiste una copa de vino, el pucho en la mano, y rompiste todo al carajo. Te asustaste con tanto orden, con tanta soledad, te ibas a rajar la cabeza de un tiro, y yo te miraba, y vos no, entonces me paré, te toqué la espalda. Te diste vuelta, y me enceguecieron mis propios ojos, te vi, y eras yo. Me salvé de mi propio suicidiooooo

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